Que te jodan

Todavía me asaltan las veces en que me hiciste dudar. Supongo que hay cosas de las que una nunca se recupera.

De que compartas con alguien tus sueños y los eche del todo por tierra.

De que se aproveche de tu confianza y vulnerabilidad.

De que proyecte en ti sus propias miserias.

De que solo mire por sí mismo aun sabiendo en qué situación estás.

De que te humille y te haga pequeña porque no soporta lo que consigues. Lo que eres.

De que vuelva a contactarte pasado el tiempo como si nada. Como si no hubiese casi acabado contigo. Cuando no tocaba. Como si te creyera tan imbécil como para volver atrás.

Una perdona para soltar cargas. Pero no es idiota. Y menos aún cuando le ha costado la vida recuperar su propia dignidad.

Ahora sé que tienes mil nombres y que no estás muerto. Me ha costado mucho entenderlo. Pero te he dejado atrás hace tiempo. Y lo mejor es que estoy consiguiendo todo aquello a lo que quisiste hacerme renunciar. Casi te creo.

Ni siquiera deseo que lo estés viendo. Aunque sé que lo harás. ¿Y sabes qué? Que me alegro. Ojalá te ciegue la luz que quisiste apagar.

Yo sigo andando y abriendo camino. A mi manera; a mi ritmo. Y me respeto como tú nunca hiciste porque ni siquiera te aguantas a ti mismo.

Hasta agradezco haberte puesto cara para no volverte a olvidar. Tenía que vérmelas contigo. Ahora estoy conmigo. De un modo que tú ni podrías soñar.

Que te jodan.

#esgritos