Hoy hace un año que me diagnosticaron cáncer. La historia da para mucho; no lo dudéis: la compartiré.
No soy de dar consejos, pero en esta ocasión lo haré. Si puedo ofrecer algunos después de casi no contarlo, me quedo con tres:
1. Gestiona adecuadamente tus emociones siempre. Y si no sabes, aprende.
2. Sé coherente con tus valores y con lo que eres.
3. Haz lo que haga falta para recordar (si lo has olvidado) lo que de verdad te mueve.
En un concepto y dos palabras, educación emocional. LA EDUCACIÓN PARA LA VIDA ES FUNDAMENTAL.
Si puedo dar una receta (la mía) para salir adelante, probablemente esta sea la base. Con un añadido importante: date cuenta de que nada, absolutamente nada, es tan grave. Ni siquiera morirse. La vida seguirá aunque no estés; procura ser mientras estás, porque esa será la huella que dejarás. Al final serás aquello por lo que te recordarán.
Toda enfermedad es una lección de humildad tremenda; estamos aquí al servicio de la vida, y si algo tenemos que hacer es dejar que se exprese nuestra esencia. Volver a escucharla y sentirla me ha salvado la vida; ¿cómo no voy a compartirla?
Toda vuestra; toda mía.
Míriam
#esgritos
Cáncer
