Ni has hecho nada mal.
Ni estás huyendo todo el tiempo.
Ni tienes la culpa de nada.
Ni estás desesperada.
Ni eres la reina del drama.
Ni la reina del postureo.
Ni mierdas de esas que a veces te cuentas.
Ya basta.
Hay un amigo en ti. Del enemigo ya no queda nada.
Solo recuerdos. Fantasmas. Que de vez en cuando asoman y te recuerdan lo que un día casi te mata. Ni siquiera te mataste tú. Dejaste que te mataran. Y luego te recompusiste. Desde entonces, siempre pasan cosas Y NUNCA PASA NADA.
A ti, que probablemente sigues leyéndome, porque te conozco: te odio por cómo me hiciste sentir, por quien fui contigo, o peor aún, por quien dejé de ser para mí. Sí, te guardo rencor. Es lo único en lo que te doy la razón. Pero sé que algún día, pronto, te abrazaré virtualmente y me despediré de ti para siempre. Si queda una sola célula maligna en mi cuerpo, estoy segura de que lleva tu nombre. Pero ya no se reproducirá. Lo sé tan bien como supe que saldría de esta. Porque lo decidí. Porque, me guste o no, soy pura fuerza. Porque sin mí ya no puedo vivir.
A ti, que también me lees, aunque parezca que no te conozco: lo creas o no, ya lo sé todo de ti. Por lo menos, todo lo que necesito saber para estar segura de que es contigo con quien soy feliz. Incluso ahora, sí. A pesar de todas mis mierdas. Parecerá igual de increíble, pero he sido muy feliz en circunstancias infinitamente más adversas. Es difícil de describir.
No voy a esperarte. No hay nada que esperar cuando ha llegado ya. Simplemente, voy a seguir caminando sabiendo que en algún momento me alcanzarás. Y el camino recorrido lo compartiré contigo. Y el que quede por recorrer, lo emprenderemos sin mirar atrás. Porque ya no habrá sótanos, ni cajas, ni puertas atrancadas ni hostias. Porque nos habremos elegido. A nosotros mismos. Y habremos dejado de resistirnos a lo que en el fondo sabemos que merecemos, que es la verdadera felicidad: la de la coherencia interna y la autenticidad.
El amor propio nos hará libres. Entender que ya está en nosotros es el primer paso hacia la libertad. Un día te abrazarás tan fuerte que ya nunca podrás caerte. Hasta entonces, déjate abrazar y sigue caminando siempre. Hasta recordar.
#esgritos