Este es mi balcón. Desde hace unas semanas, salgo todas las tardes y todas las mañanas a dar un paseo y a saludar y despedir al Sol. Mientras él recorre el cielo, yo le doy al cerebro, y cuando por fin asomo a mi balcón a verlo aprovecho para respirar y dejarme mecer, a lo lejos, por las olas del mar.
Mi balcón no está en casa: es mi casa. Donde me recuerdo. Y cada vez tengo más claro que, vaya donde vaya, lo llevaré puesto.
Las ganas, llenas. El corazón, ligero.
Ya somos más. Ya sobra menos.
#esgritos