Te recuerdo así.
Árido. Abrupto.
Seco. Sin escrúpulos.
Directo. A lo tuyo.
Levantando polvo. Ensuciando el mundo.
Invitando a un rumbo que ni tú sabías seguir.
Despistando. Jugando. A adivinar el sentido. A las contraindicaciones. A los tiempos muertos. Perdidos.
Te recuerdo como si fuera ayer. Como lo que un día fui.
Un camino al abismo.
Una cuesta infinita.
Una caída libre.
Un directo sin guantes.
Un duelo por mí.
Te recuerdo y me sale odiarte. Gritarte que no me llevaste a ninguna parte. O a ningún lugar al que quisiera ir.
Te maldigo y me odio. Por haberme resistido a amarte. Por no entender que tenía que pasarte. Que tenía que pasar por ti.
Para sentir. Para entender. Para vivir.
Para morir y renacer luego.
Para aprender a agradecer que sigo aquí.
Te recuerdo y ya no quiero soltarte. No puedo. Porque formas parte de mí.
Sin ti no sería hoy así. Por difícil que hayas sido. Por lo duro. Por lo temido.
Precisamente por eso te doy las gracias. Porque gracias a ti, hoy camino conmigo. Y camino por ti.
#esgritos